martes, 30 de octubre de 2007

Ejemplo de Poesía

AL ESPEJO

¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?

Eres el otro yo de que habla el griego
y acechas desde siempre. En la tersura
del agua incierta o del cristal que dura
me buscas y es inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas

que somos y que abarcan nuestra suerte.
Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…


Jorge Luis Borge

Lenguaje literario

Introducción
El lenguaje literario es, básicamente, la lengua escrita estándar en la que se introducen palabras poco usuales (cultismos, voces inusitadas, extranjerismos, arcaísmos, etc.) y que se somete normalmente a una voluntad de forma. Por una parte, tiene muchos rasgos que lo acercan a la lengua escrita culta; pero por otra, es frecuente que aparezcan en él giros coloquiales y hasta vulgares, para producir ciertos efectos expresivos.

Artificios lingüísticos
En la literatura suele emplearse el idioma para llamar la atención sobre sí mismo, sobre cómo están dichas las cosas. El escritor debe producir extrañeza y ha de usar, con ese fin, los artificios adecuados. Aunque no por literarios estos recursos han de ser muy raros o chocantes. Tengamos en cuenta que en la lengua ordinaria utilizamos con frecuencia el asíndeton, la adjetivación ornamental, las series binarias de palabras, metáforas, metonimias, etc.

Función poética
Cuando el lenguaje se utiliza para producir belleza, para llamar la atención sobre sí mismo, actúa en él la función poética. Lo importante no es tanto lo que se dice sino cómo se dice. El escritor pretende suscitar en el receptor una serie de sensaciones de belleza, creatividad e influencia a través de la forma de su mensaje. Son válidos todos los recursos expresivos. Esta función aparece también en el lenguaje coloquial; cualquier persona, al construir su mensaje, selecciona de manera consciente o inconsciente las palabras, las inflexiones de la voz o los tipos de oraciones para conseguir una transmisión más eficaz de aquello que se pretende comunicar.

El texto literario como acto de comunicación
El texto literario funciona como un acto de comunicación que posee las siguientes características:

Es resultado de una creación que el autor destina a que perdure y se conserve exactamente con la misma forma original.

La comunicación que la obra literaria establece con el lector y oyente es unilateral, porque el mensaje no puede recibir respuesta inmediata del receptor.

La obra no se dirige a un destinatario concreto, sino a receptores desconocidos, muchos o pocos, actuales o futuros (receptor universal).

El lector u oyente no establece relación directa con el autor, sino sólo con el mensaje, con su obra (comunicación diferida). Y ello, cuando él lo desea. De esa manera, la iniciativa del contacto comunicativo corresponde al receptor.

La comunicación literaria es desinteresada, no tiene una finalidad práctica inmediata. Por el contrario, posee una naturaleza estética, es decir, pretende producir las reacciones que en el ánimo suscita lo bello. Sin dejar de ser cierto lo anterior, no lo es menos que muchos autores escriben literatura para favorecer una determinada causa, para promover un cambio en la sociedad, para denunciar una situación.




Rasgos diferenciales
El límite que separa al lenguaje literario de otros tipos de lenguaje es muy difuso. Muchos escritos de carácter periodístico o científico pueden ser considerados como verdaderas piezas literarias.

La extensión de un texto literario no es un rasgo distintivo, puesto que es muy variable, desde un par de versos hasta cientos y millares de páginas.

Así pues, el texto literario posee unas características internas sumamente peculiares pero, a la vez, difíciles de aislar. Comparte un buen número de ellas con otras clases de textos: la plegaria, el mensaje publicitario, el eslogan, el conjuro, el texto periodístico, etc.

Carácter desinteresado
Quizá el rasgo más diferencial sea su carácter desinteresado. Desinteresado en cuanto a la comunicación en sí misma, no por lo que se refiere a la remuneración que el autor pueda obtener a cambio de lo escrito. El texto literario no tiene una finalidad práctica inmediata.

Final previsto
A diferencia de lo que ocurre en la comunicación ordinaria (la conversación entre dos interlocutores), el texto literario posee un final previsto por el autor. La extensión del texto dependerá del género elegido, pero siempre fluctuará dentro de unos límites aproximados. El cierre es, pues, otra de sus características diferenciales.

Artificios lingüísticos
Cuanto más estricta sea la exigencia del cierre, mayores efectos suele provocar en el lenguaje de la obra. Los géneros en verso muestran mayores artificios lingüísticos que los géneros en prosa; pero, en general, el empleo de expresiones poco usuales: arcaísmos, neologismos, voces inusitadas y cultas, y construcciones sintácticas atípicas caracterizan a todos los géneros literarios. De estos artificios lingüísticos trataremos con más detalle en el apartado Recursos literarios.

Polisemia
El texto literario se presta a múltiples interpretaciones o lecturas; en teoría, a tantas como lectores y oyentes. Y ello no perturba la comunicación; por el contrario, muchos lectores que muestran entusiasmo por una obra literaria no la entienden, o la comprenden de un modo deficiente y superficial. Pero la comunicación resulta satisfactoria. Esto no puede ocurrir en los mensajes ordinarios o en otros mensajes de finalidad práctica, pues daría lugar a errores que podrían ser muy graves; imaginemos lo que podría resultar de una polisemia en las señales de tráfico.



Recursos literarios
Uno de los recursos que de forma más general caracterizan al lenguaje literario es el uso de una adjetivación especial, el uso de epítetos. Los epítetos son adjetivos ornamentales, no estrictamente necesarios para la comprensión de un mensaje. El buen escritor busca evitar los epítetos triviales y, en general, prescindir de los que no produzcan efecto de novedad.

Según la Retórica tradicional, son figuras todas las anomalías que se producen en un escrito, todo aquello que produce extrañeza en el lector. Muchas de ellas se basan en la repetición y en el paralelismo. La repetición produce efectos rítmicos tanto en verso como en prosa. Puede conferir brillo a cualquier tipo de prosa, aunque el abuso de las construcciones rítmicas entraña el riesgo de caer en la excesiva musicalidad o en el sonsonete.

Se han descrito varios centenares de figuras posibles, algunas con nombres impronunciables. No se trata aquí de ofrecer un catálogo detallado de figuras retóricas, trataremos sólo de ofrecer una clasificación coherente de algunas de las más frecuentes:

Figuras fónicas
La principal es la aliteración o repetición de uno o varios fonemas, con una frecuencia perceptible. Cuando la aliteración persigue una finalidad imitativa de sonidos o ruidos de la naturaleza, se denomina onomatopeya. La aliteración, como toda repetición muy marcada, perjudica a la prosa no literaria, y puede producir cacofonías y sonsonetes.

Figuras sintácticas
Son artificios de la construcción gramatical, y muchos de ellos se producen por apareamiento o paralelismo. Son más abundantes en el verso, pero no están ausentes en la prosa literaria. Dos de las más frecuentes son el hipérbaton y la anáfora.

Figuras de palabra: los tropos
Llamamos tropos a aquellas figuras retóricas que cambian el significado de la palabra.

El símil o comparación
No se trata, hablando con propiedad, de un tropo, pero es un concepto muy próximo. Cuando comparamos, por ejemplo, la vejez con una puesta de sol, en ninguno de los dos términos que intervienen en la comparación se produce mutación de significado. En todo símil hay un término real (A) y un término imaginario o imagen (B). Además, de un modo u otro, al comparar marcamos gramaticalmente el hecho de que estamos comparando (A es como B, A semeja B, A me parece B, etc.).

La comparación es frecuente también fuera de la lengua literaria. Se recurre a ella para presentar más plásticamente lo que se quiere decir y, muchas veces, para concretar un pensamiento abstracto.

Los símiles estereotipados o hiperbólicos suelen ser perjudiciales para el estilo de un escrito.

La metáfora
La metáfora es el tropo por el cual se aplica el nombre de un objeto a otro objeto con el cual se observa alguna analogía, suprimiendo cualquier rastro gramatical de comparación.

Hay metáforas que están incorporadas al uso general, los diccionarios las registran y nadie las identifica como figuras, ya que no producen extrañeza alguna (la cabeza de un alfiler). Pero el escritor crea sus propias metáforas (Mi soledad llevo dentro, torre de ciegas ventanas; o, en un texto periodístico: Raúl se pasó la tarde hambriento de balón).

Una palabra aislada no puede funcionar como metáfora, necesita de un contexto en el que cobrar significado.

Las formas más frecuentes de metáfora son las siguientes:

A es B: Sus brazos son sarmientos.

B de A: El jinete se acercaba tocando el tambor del llano.

A aposición B: El ruiseñor, pavo real facilísimo del pío.

A aposición B + C + n: Ya viene, oro y hierro, el cortejo de...

B en lugar de A: Su luna de pergamino tocando estaba ('pandero').


La metonimia
Es un tropo en el que la relación entre los términos real e imaginario es de uno de los siguientes tipos:

El efecto por la causa: Respeta mis canas.

El autor por sus obras: Ya no leo a Machado.

La parte por el todo: Mira qué par de ojos van por ahí.

El continente por el contenido: Tomamos unas copas.

Lugar por lo que en él se produce: Un rioja excelente.


Figuras de pensamiento
Hipérbole
En ella la expresión no corresponde al pensamiento. Se trata de una exageración, de una afirmación por exceso: Una mujer tan delgada, / que en la vaina de una espada / se trajo a la sepultura.

Litotes o litótesis
Con ella se atenúa lo que se quiere decir, bien para no molestar al interlocutor, bien para dar más relieve al contenido: no está mal (por está bien).

Personificación
Es la atribución de cualidades humanas a los animales y a las cosas: el viento susurra una canción monótona.

Ironía
Consiste en decir lo contrario de lo que se piensa: por ahí va Brad Pitt, (señalando a un tipo feísimo).

Antítesis
Una palabra se pone en relación, más o menos sorprendente, con otra contraria: Era sólo sombra de su pasado esplendor.

Paradoja
Es una contradicción aparente: al avaro, las riquezas lo hacen más pobre.



PARA MAS INFORMACIÓN INGRESAR EN: http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr/LenguajeLiter.htm

Acepciones de "Poesía"

1ºacepción: es el arte de expresar sentimientos a través de la escritura.
2ºacepción: arte por el medio transmitir a personas ajenas a uno mismo sentimientos a través de la escritura con ciertas características.

viernes, 17 de agosto de 2007

Posmodernismo

Video que muestra el momento de la metamorfósis de Gregor


Imágenes de la obra "La Metamorfosis" de Fraz Kafka






Aquí nos encontramos con dos tipos de imágenes representadas por distintas personas, pero el significado de las dos son lo mismo.

Significan el cambio que ha sufrido Gregor a lo largo de la historia.

En esta imágen, podemos obserbar gráficamente el plano de la casa donde ocurrían los hechos del cambio, realizado por un lector de la obra.

Otro poco de la biografía de Kafka (ahora con imágen)


Kafka antes de Kafka
Das jüdische Prag

Praga,además de tener una historia cristiana, es también una ciudad judía, con uno de los ghettos más antiguos de la Europa central. Mercaderes judíos se instalaron en la parte baja del Castillo de Praga sobre la colina de Hradčany (o Hradschin) desde 965. Luego, sobre la ruta de Visehrad, al sur de la Ciudad Vieja de Praga (Prager Altstadt o Staré Město). De ellos desciende Kafka.

Pensamiento alemán
Cristiana y judía, Praga ha sido igualmente una ciudad alemana: bajo los Habsburgo, durante 300 años, la lengua alemana tuvo tiempo de penetrar en la administración, la enseñanza, el comercio y el arte. En 1880, la ciudad contaba con 42000 alemanes (cuya mitad era de origen judío). En el hogar de Kafka, sólo se habla alemán.

Nacimiento de Kafka
Kafka nace el 3 de julio de 1883 en un viejo edificio situado en el límite del ghetto judío de Praga, a dos pasos de la iglesia rusa ortodoxa de San Nicolás. Se le da el nombre de Franz en honor al emperador Francisco José. Era checo, aunque su idioma materno fue el alemán. Kafka aprendió checo, ya que su padre procedía de Osek cerca de Písek, donde era un miembro de la comunidad judía checohablante ("Kafka" significa "grajo" en checo) y quería que su hijo hablara con fluidez ambos idiomas. Kafka también tenía conocimiento del idioma y de la cultura francesa. Uno de sus autores favoritos fue Flaubert.

Periodo escolar
De 1889 a 1893, Kafka asistió a la escuela primaria (Deutsche Knabenschule) en la calle Masná St. (Fleischmarkt) en Praga y posteriormente al instituto en Staroměstské náměstí (situado en Kinsky Palace), donde completó su examen de Bachillerato en 1901. A continuación estudió derecho en la Universidad de Charles en Praga, y obtuvo el doctorado en leyes en 1906.
Durante su periodo escolar tuvo un papel activo en la organización de actividades literarias y sociales, destacando la organización y promoción de representaciones para el teatro judeo-alemán, a pesar de los recelos de incluso sus amigos más íntimos, como por ejemplo Max Brod, quién habitualmente le apoyaba en todo lo demás. Contrariamente a su temor de ser percibido de manera repulsiva tanto física como mentalmente, impresionaba a los demás con su aspecto infantil, pulcro y austero, su conducta tranquila y fría y su inteligencia, además de su sentido del humor.

Nacimiento de un escritor
Luego de su obtención del doctorado en leyes trabajó durante un año de pasante, sin ser retribuido, en una agencia de seguros de accidentes laboral y fue entonces cuando comenzó a escribir. A menudo se refirió a este trabajo como "Brotberuf"- un empleo tan sólo para ganar dinero. En 1913 publicó su libro inicial Consideración y en 1915 el famoso relato La metamorfosis. En 1917 se le declaró una tuberculosis, lo que le obligó a mantener frecuentes períodos de convalecencia, durante los cuales recibió el apoyo de su familia, en especial de su hermana Ottilie, con quien tenía mucho en común. En 1919 publica los catorce cuentos fantásticos (o catorce lacónicas pesadillas) que componen Un médico rural.

Estatua de bronce de Franz Kafka, en Praga

Su padre en su vida y en su obra
Un tema de gran importancia en su obra es su relación con un padre autoritario. Íntimamente, éste no dejó nunca de menospreciar a su hijo y hasta 1922 lo tiranizó. De ese conflicto y de sus tenaces meditaciones sobre las "misteriosas misericordias" y las ilimitadas exigencias de la patria potestad, ha declarado el mismo Kafka que procede toda su obra.

Mujeres en la vida de Kafka
A principios de 1920, mantuvo una relación amorosa con la escritora, traductora y periodista checa Milena Jesenskà y en 1923 se trasladó a Berlín, con la esperanza de distanciarse de la influencia de su familia y concentrarse en su obra. En esta ciudad se reunió con Dora Diamant, una joven de 25 años descendiente de una familia judía ortodoxa, que había huido de su pueblo natal, a la que había conocido en el verano del mismo año en una colonia judía de vacaciones, en Müritz, a orillas del Báltico. Dora se convirtió en su compañera y tuvo una gran influencia en el interés de Kafka por el judaísmo.

Tumba de Franz Kafka en el Cementerio Judío de Praga

Enfermedad y muerte de Kafka
En sus diarios y cartas se queja frecuentemente de insomnio y dolores de cabeza. Fue un partidario de la dieta vegetariana y del naturismo.Se dice que consumía grandes cantidades de leche sin pasteurizar, lo que pudo ser el factor desencadenante de su tuberculosis.
El estado de salud de Kafka empeoró a causa de la tuberculosis. Regresó a Praga, acudiendo posteriormente a un sanatorio cerca de Viena para recibir tratamiento. Allí murió el 3 de junio de 1924. Sus problemas físicos le causaron molestias en la garganta, lo que hacía que el tragar los alimentos le resultara muy doloroso, de manera que en sus últimas semanas se alimentó principalmente de líquidos. Su cuerpo fue llevado a Praga, donde fue enterrado el 11 de junio de 1924 en el Nuevo Cementerio Judío de Praga-Žižkov.
No hay coincidencia de pareceres sobre los más que probables trastornos psicológicos de Kafka. En sus cuadernos íntimos él habla de "demonios", "derrumbamiento", "embates", "desamparo", "persecución", "soledad", "asalto a las últimas fronteras terrenales", "agobiante observación de uno mismo" y muchas otras expresiones más que aluden a un mundo oscuro, desconcertante y desconocido. La interpretación médica que se haga de estos pasajes no dejará de ser arriesgada y sobre todo simplificadora. Kafka era un ser atormentado y complejo. Sufrió mucho, pero también gozó de la vida con una intensidad fuera de lo común.

Su obra
Kafka sólo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, una pequeña parte de su trabajo, por lo que su obra pasó prácticamente inadvertida hasta después de su muerte. Con anterioridad a su fallecimiento, dio instrucciones a su amigo y albacea literario Max Brod de que destruyera todos sus manuscritos. Su amante, Dora Diamant, cumplió sus deseos pero tan sólo en parte. Dora guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos en su poder, incluyendo 20 cuadernos y 35 cartas, hasta que fueron confiscados por la Gestapo en 1933. Actualmente se halla en curso una búsqueda de los papeles desaparecidos de Kafka a escala internacional. Brod hizo caso omiso de las instrucciones de Kafka y en su lugar supervisó la publicación de la mayor parte de la obra que obraba en su poder -- incluso llegó a editar gran parte de la producción de Kafka --, la cual pronto comenzó a despertar el interés y a obtener alabanzas por parte de la crítica.
Todas sus obras publicadas, excepto varias cartas en checo dirigidas a Milena, se encuentran escritas en alemán.
En su obra, a menudo el protagonista se enfrenta a un mundo complejo, que se basa en reglas desconocidas, las cuales nunca llega a comprender. El adjetivo kafkiano se utiliza a menudo para describir situaciones similares.

Interpretación crítica
Han existido muchos críticos que intentaron (e intentan) encontrarle sentido a la obra de Kafka interpretándola en función de ciertas escuelas de crítica literaria—como por ejemplo la modernista, la mágica realista etc. La aparente desesperación y el absurdo del que su obra parece estar impregnada se consideran emblemáticas del existencialismo. Unos han intentado hallar la influencia marxista en la satirización de la burocracia en obras tales como En la colonia penitenciaria, El proceso y El castillo, mientras que otros apuntan al anarquismo como el fundamento de inspiración para el individualismo anti-burocrático de Kafka (tomando en cuenta también su militancia en una organización de este tipo). Sin embargo, otros han interpretado su obra bajo el prisma del Judaísmo; también se ha intentado darle una interpretación a través del Freudismo (debido a sus conflictos familiares); o como alegorías de una búsqueda metafísica de Dios (Thomas Mann fue el que propuso esta teoría). Se pone énfasis repetidamente en el tema de la alienación y de la persecución, y dicho énfasis—principalmente en la obra de Marthe Robert— estaba inspirado en parte en la contra-crítica de Gilles Deleuze y Félix Guattari, quienes mantenían que Kafka representaba mucho más que el estereotipo de una figura solitaria que escribía movida por la angustia, y que su trabajo era mucho más deliberado, subversivo y no obstante más "alegre" de lo que parecía ser. Los biógrafos han comentado que Kafka tenía costumbre de leer capítulos del libro en el que estaba trabajando a sus amigos más íntimos. Estas lecturas se centraban en el constante, pero muy a menudo ignorado, lado humorístico de su prosa. Milan Kundera se refiere al humor fundamentalmente surrealista de Kafka como el principal predecesor de posteriores artistas como por ejemplo Federico Fellini, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Salman Rushdie. A Márquez, tal y como él dijo, la lectura de La Metamorfosis de Kafka le mostró que "era posible escribir de una manera diferente"..